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jueves, 16 de diciembre de 2010

El invierno desde un tarro vacío

Me he acabado. He perdido los ojos y las manos. La nariz y la sorpresa. La sombra y la respiración. Me he vaciado y no me he acordado de ir al súper a comprar más yo.  
Así que me he sentado en la puerta de casa a esperar. A esperar al cartero. O al lechero. O a la vecina de abajo. O al cobrador del frac. O a que un día venga un señor con un mono de trabajo y una gorra, me abra la tapa de los sesos y me rellene otra vez de mí. 
Mientras tanto me caen tres copos de nieve en el moflete y una ardilla me mira desde el árbol del jardín. 

domingo, 7 de noviembre de 2010

Footecillos

Mi musa piecil: nacho

sábado, 6 de noviembre de 2010

Pesadilla en Halloween


Los disfraces, ay, los disfraces….fuente de dolorosos desengaños entre lo esperado y lo conseguido. He aquí la historia de tantas y tantas decepciones:

Tú (o yo) con toda tu creatividad nutrida de películas, de historias, o de tu propia imaginación, diseñas un disfraz casero. Tu disfraz. Creativo, estupendo, flamante. Este año sí que van a flipar con tu disfraz ¡Y todo con materiales reciclados! (oh error). Y es que las ideas siempre son buenas, pero luego, cuando decides llevarlo a cabo….pasa lo que pasa.

Como aquella carrera de disfraces en que las nenitas nos disfrazamos de Árbol de Navidad, que nadie identificaba y que se nos deshizo en el primer charco. Aunque, todo hay que decirlo, patente quedó que aún éramos ligeramente reconocibles (a la par que poco dignas) cuando los vikingos nos gritaron -¡Ya veréis cuando os agarremos las bolitaaaas!

En la carrera del año siguiente tuvimos la suficiente lucidez como para decidir que Cat Woman, ese disfraz que sonaba tan sexi en nuestra imaginación, iba a resultar en nosotras-vestidas-de-morcillitas, con tres michelines asomando por encima de las mallas y una cartulina con forma de orejas cosida al verduguito de cuando estábamos en preescolar. Sin embargo, una nueva y brillante idea surgió, y no menos cutres resultaron las estupendas hermanas Dalton y la buena de Sinte Luck (no quisiera recordar los otros nombres con que la bautizamos)

Y ahora que estamos en EEUU, el país de lo imposible, la cuna de Halloween, los inventores del treat or trick, el origen de los disfraces más espeluznantes y las películas de terror….parece que no espabilamos. Yo empecé imaginando un estupendo disfraz de ovillo de lana. Hasta que me enrollé en la cuerda de escalar. Y resulté ser una especie de salchicha deshilachada (gracias a dios, no hay fotos). La pobre Nathalie era algo así como un cactus. Pero sin tallo, ni espinas, ni cactus. Molly un león. Pero sin león. Nacho pinchado en un lacio alfiler de gomaespuma. Holly de vaquera con su pistola naranja de plástico (único símbolo de su vaqueridad), y Tina…Tina se arrastraba por el suelo con un calcetín colgado de la nariz. Luego supimos que “era” un elefante marino.

Estábamos intentando superar nuestra vergüenza colectiva cuando, de repente, llaman a la puerta. Diiiiing Doooooong. Siete cuasi-treintañeros nos abalanzamos para abrirla con las manos llenas de caramelos y la sonrisa llena de dientes y la ilusión llena de niños. Eran los adolescentes de la casa de al lado, con sus granos y su aliento a cigarrillo y su cara de pasota, que venían a que - Si eso, que venga, que no seas cutre y nos largues unas chuches. Nos miramos confundidos. Yo con mi ojo colgante de ganchillo, Tina con su trompa-calcetín, Nacho con su alfiler lacio,  y Holly con su pistola naranja de plástico. Avergonzados, con la mirada gacha, les largamos la mercancía y nos volvimos para dentro, donde nos sentimos de nuevo calentitos y seguros en nuestra común cutrería, mientras cada uno imaginaba para sí mismo -El año que viene…el año que viene sí que van a flipar con mi disfraz.   


jueves, 4 de noviembre de 2010

Lo que embellece al desierto

Lo que embellece al desierto es lo que esconde. Porque lo esencial es invisible a los ojos. Y en nuestro caso lo esencial resultaron ser pulgas. Y nos picaron hasta en el alma. Y ni con los ojos del corazón pudimos verlas.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Con ojos de pronghorn

En el corazón de Utah se esconde el paisaje más bonito del mundo. El paisaje más bonito del mundo no se puede fotografiar. Y no se puede contar. Y nunca se puede volver a él. Su inmensa belleza dura sólo un instante. El primer instante. El del descubrimiento. El momento en que la vista se sobrecoge, las rodillas tiemblan y se eriza la piel. Un segundo después el paisaje más bonito del mundo se desvanece, dejando tan sólo una vulgar caricatura de lo sublime: una vista, un recuerdo, una foto.
Sólo me queda (y no es poco) la certeza de, una vez, haber estado allí. Con todo mi yo.


martes, 12 de octubre de 2010

In the autumn of life

Las hojas de los robles gritan en rojo.
Luego se suicidan, exhaustas de tanta pasión.


miércoles, 6 de octubre de 2010

Chickenheart

Si yo fuera Braveheart…otro gallo cantaría. Si fuera Braveheart me pondría la falda a cuadros del uniforme del colegio, me pintaría la cara medio azul y diría todo el rato Todavía no, Todavía noooo, ¡Todavía noooo! ¡AHORAAAAA!.
Pero resulta que no soy Braveheart. En realidad, soy Chickenheart. Vamos, que soy una miedica. Soy una miedica de miedos vulgares. Me da miedo la oscuridad, me da miedo el ruido y me da miedo la soledad. Para compensar la vulgaridad de mis miedos, tengo una imaginación desbordante, lo que convierte mis rutinas en aventuras escalofriantes.
Como ir al baño en la universidad. Fácil ¿no? Pero…¿Y si estoy sola en el edificio? ¿Y si las luces del pasillo están apagadas? ¿Y si se oye un inquietante clac clac al otro lado de la puerta? 
Es hora de armarse de valor, baby. Respiro hondo, me levanto de mi silla, salgo del despacho. Avanzo por el pasillo en penumbra. Mejor dicho, corro por el pasillo en penumbra. Me detengo jadeante delante de la puerta de los aseos. Antes de entrar, miro a ambos lados. Ningún secuestrador a la vista. Abro la puerta, deslizo la mano por la pared intentando encontrar el interruptor de la luz. Sé que es altamente probable que me tope con otra mano, una garra más bien, dura, sucia, viscosa. Sin embargo, por esta vez me salvo. La luz se enciende y yo vigilo la estancia. El lavabo, el secador de manos, las puertas de los aseos, el rincón del fondo, todo en orden. Pero ojo, no bajes la guardia. Piensa, piensa, piensa ¿dónde se esconden los asesinos? Opción 1: Detrás de la puerta que acabas de abrir. Me doy la vuelta de un salto. Pufff. Libre. Opción 2, mucho más aterradora: En los cubículos de los wáteres. Sigilosa, me agacho para asomarme por debajo de las puertas. No se ven pies de asesinos, no, pero eso no quiere decir que el terreno esté libre. Todo el mundo sabe que los asesinos sabían que yo miraría por debajo de la puerta, así que están subidos encima del wáter. No lo pienso más y abro de un manotazo la puerta del primero. Nadie. Me acerco temblando al segundo. Porque si en el primero no había nadie, no hay duda, debe de estar en el segundo. Esta vez podría ser algo peor que un asesino con un cuchillo de palmo y medio en la mano. Esta vez podría haber un cadáver ahorcado colgando sobre el retrete. Adelante, Belén, no flaquees ahora. Manotazo a la puerta. Nada. Suspiro de alivio. Me siento en el wáter. Misión cumplida. Por esta vez me he salvado.
Pero tras unos minutos de tranquilidad, mi cuerpo se vuelve a crispar. Una nueva y peligrosa misión me espera: Volver desde los aseos hasta mi despacho. ¿...no habéis oído ese inquietante clac clac al otro lado de la puerta?


jueves, 30 de septiembre de 2010

Teo va al parque y Opo conoce a mi abuela

Es de noche y estamos asomados a la ventana. Acabamos de pillar a Opo zampando donuts en el jardín.
- Mira abuela, ¡ahí está Opo!
- ¿Pero qué es ese bicho?
- Se llama Opossum y es el único marsupial de Norteamerica
A mi abuela se le abren los ojos como platos
- ¿El único? ¡Y lo tenéis en vuestro jardín!

.

martes, 7 de septiembre de 2010

Isn't it ironic?


Si es que estos journalists son más malos que la tiña...


viernes, 6 de agosto de 2010

Un ciervo en Nueva York (o Afropelos)


Me siento en el metro y miro. Con los ojos redondos y la boca redonda para que no se me escape nada. Con mi bocado de hierba a medio masticar. Con las orejas hacia arriba.

Me gusta mirar el pelo de los negros. El pelo de los negros es como las células de un porífero. Uno nunca sabe si cada pelo es un pelo o si forma un todo indivisible junto con sus compañeros. El pelo de los negros no es rizado. Es mucho más que rizado. Es un mero impulso eléctrico. Una onda de mínima amplitud y máxima frecuencia. Un calambrazo. Un susto. Un grito. Un cristal que se rompe.
A veces se hacen trenzas muy prietas, pegaditas al cráneo, o bailonas al viento, o ambas cosas a la vez, porque en el pelo de los negros todo es posible, como en las escaleras de Escher. A veces se lo alisan, creo que usan cada mañana una apisonadora sumergida en una piscina de gomina. Y construyen catedrales góticas de pelo brillante y tieso. Y caracolas y flores y delfines de pelo-porífero.
También me gusta mirar la piel de los negros. Sobre todo la línea divisoria entre el blanco de las palmas de las manos y el negro del dorso. Y la de las plantas de los pies. Es como si se les hubiera olvidado pintarse del todo, como a Baltasar en la cabalgata. Les intento mirar detrás de las orejas para cerciorarme de que no hay trampa ni cartón.
Les miro las uñas tan blancas y los codos tan oscuros que son casi azules. Miro a las señoras de carnes exuberantes y culos respingones ¡los tienen tan altos que parece que empiezan a mitad de la espalda!

Luego llega mi parada. Pestañeo, cierro la boca y trago mi bocado de hierba. Me levanto y me voy con la cabeza llena de trastos nuevos.



lunes, 2 de agosto de 2010

Capítulo Pi. Donde se relata la breve y desafortunada historia del flamante y terso balón de volley playa y su fatal desenlace en la jungla urbana neoyorkina, junto con otros no esperados sucesos de feliz acontecer

(En el siglo diecisiete sí que sabían poner títulos)

El sábado nos compramos un balón de volley playa. Flamante cual coche de bomberos, de color rosa princesita, que es lo que somos Nacho y yo. Liso, brillante, terso (también como Nacho y como yo).
El domingo lo estrenamos con Gema y Jose en Central Park. Ya en la calle seguíamos jugando, contras las advertencias del sensato y prudente Nachito Grillo, cuando en una mala recepción…¡No! (balón carretera), ¡Nooo! (autobús viniendo), ¡NOOO! (autobús muy cerca), ¡¡¡NOOOOOOOO!!! (balón pum).
Hoy, para compensar, ha llamado un señor a mi puerta trayéndome la cartera que perdí hace un mes. Y mira, me han entrado esperanzas con esto de la compensación universal…He pensado en ir a tirar el balón de baloncesto al río…a ver si luego viene la vecina de al lado a devolverme la bici que perdí en el ferrocarril hace dos años.


(¿Y a Tom Hanks le duró cuatro años el señor Wilson?)

lunes, 26 de julio de 2010

Pepime 3 - Ardillín 4

“Si es que esta niña es más lista que una ardilla” me decía mi abuela cuando yo era pequeña, en un ataque de mi-nieta-es-la-mejor-del-mundo. Yo deduje que las ardillas eran seres de una inteligencia desbordante (sí, de autoestima no andaba mal la niña).
La cosa es que han tenido que pasar más de veinte años y cuatro plantas de tomates para bajarme a la tierra y confirmar que:
1. sí, las ardillas son muy listas y han aprendido a comerse mis tomates antes de que los recoja.
2. si yo fuera más lista que ellas…ahora me estaría tomando un buen gazpacho.
No es un consuelo, pero supongo que a estas alturas, en alguna parte del abeto del jardín, hay una abuela ardilla que le dice a su nieta: “si es que esta ardillita es más lista que una niña”. Y Ardillín roe un tomate verdoncho mientras piensa que si fuera tan tan lista, en lugar de eso…ella también se estaría tomando un buen gazpacho. 

jueves, 24 de junio de 2010

Amigo a babuuur

Tenemos un amigo. Se llama Babur y es chino. Babur tiene bigote. Es cinturón negro en origami y tiene un inglés de Sherlock Holmes. Si os preguntáis por qué un chino habla inglés como Sherlock Holmes es porque en realidad Babur no es chino. Tampoco se llama Babur ni tiene bigote pero el programa de protección de amigos me obliga a despistaros.
Babur dice if I am not mistaken y también I am foxed  y le llama boot al maletero del coche. Babur da unos abrazos que nos hacen sentir calentitos por dentro. Nos lleva a comer helados y siempre viene a jugar al volley playa. Babur toca el trombón y se disfraza cuando pone exámenes a sus alumnos. Lo del trombón también es un poco mentira. Su comida favorita es la tortilla de patata. Esto también es mentira. Babur parece bueno y zampa donuts mucho más finamente que Opo.

martes, 22 de junio de 2010

Strangers smiles

Stranger! If you, passing, meet me, and desire to speak to me, why should you not speak to me?
And why should I not speak to you?
(Walt Whitman)

Nueva York está lleno de sonrisas de ida y vuelta y de extraños amables. De conversaciones cordiales y de piropos gratis. Las camareras, los cajeros, los ejecutivos y los tíos raros me saludan afables. Yo les regalo sonrisas de raja de melón. (¡Las de sandía me las reservo!)


jueves, 17 de junio de 2010

Y me pregunto yo...

Si te pones una oreja en la oreja…¿escucharás el mar?

Cosas que pasan en la biblioteca (II)

Hoy se me han caído los ojos al suelo. Han rodado fuera de sus órbitas y se han perdido entre mis pies. A tientas he tenido que deslizarme bajo la mesa para tantear la moqueta a cuatro patas. Cuando por fin los he localizado (enredados en mis cordones de los zapatos) y me los he ido a poner, zas, se me han caído las orejas. Las he llamado dulcemente por su nombre (orejaaaas) pero no ha habido respuesta. Por fin las he encontrado, acurrucadas entre las patas de la silla. Ojos y orejas en una mano, me disponía a colocarlos como Mr. Potato cuando…plum. Claro, la nariz, qué si no. Esta vez no me he inmutado. He depositado mi arsenal de órganos sobre el teclado del ordenador y el resto del tiempo me he dedicado a graparme los dientes a las encías con sumo cuidado. Y es que uno siempre aprende. Más vale prevenir. 

miércoles, 16 de junio de 2010

pues esto es lo que hay

Con la cabeza blanca, con la cabeza negra, toda risas y toda dientes y con ganas y sin ganas y furia y suave y con alas y con calcetines. Con las cejas hacia arriba, con las cejas hacia abajo. Soy yo.

“Es un misterio, ¿no cree? Pero todos lo somos, incluso para nosotros mismos. Especialmente para nosotros mismos” (la viejecita Miss Marple)

miércoles, 9 de junio de 2010

Cosas que pasan en la biblioteca

Me acaban de entrar unas ganas tremendas de disfrazarme de tigre.
Con la nariz negra y unos bigotes gordos y rojos pintados en los mofletes.
Y salir de un armario rugiendo gggggggrrrrroooooaaaaarrrr.

lunes, 7 de junio de 2010

tweeter

Los pájaros americanos pían en play-back.
Cuando los miro disimulan silbando. 

martes, 25 de mayo de 2010

Tobago Fiero

Tobago Fiero no es pequeño ni peludo ni suave; ni tan blando por fuera que se diría todo de algodón.
Cuando lo dejamos suelto no se va al prado ni acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas. Lo llamamos dulcemente: “¿Tobago Fiero?” y no viene a nosotros con un trotecillo alegre que parezca que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal.
Cuando paseamos en él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los lugareños no se quedan mirándolo:
         -    It has steel
Pero Tobago Fiero sí tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.

(Y no tiene licencia y no tiene seguro, y no tiene carnet, y no tiene luz de atrás...)

martes, 18 de mayo de 2010

Arriba del puente en el río

Un kilómetro y medio de largo, carreteras a dos niveles y 14 carriles. Es el George Washington Bridge. Cruzarlo por el carril bici es fácil y es precioso. Cómo encontrar el acceso al carril bici no es moco de pavo, aquí van algunas instrucciones para novatos, fruto de nuestra enriquecedora experiencia:

  1. Sal de Penn Station con tu bici y tu cara de turista y sube sube sube todo Nueva York por el parque del río Hudson. Es bastante agradable.
  2. 150 calles más arriba, métete en la autopista que entra hacia el nivel bajo del puente.
  3. Continúa hasta que un tío pare su coche a tu lado, en medio de la autopista, para decirte que como sigas por ahí te van a atropellar. El tío casi causará un accidente pero tú no te inmutes.
  4. Decide que quieres dar media vuelta, pero…¿por dónde, si sólo hay carriles en un sentido?
  5. Cruza el quitamiedos y vuelve atrás entre la flora y fauna de los arcenes de NYC: botellas, discos, zapatos y cadáveres de gángsteres asesinados en los años 30.
  6. Bicicletea de nuevo por las calles de la ciudad hasta la altura del puente y sigue a otros 30 ciclistas que también son novatos y están tratando de encontrar la entrada al carril bici.
  7. Da dos vueltas a la manzana, tres vueltas sobre ti mismo, encuentra el carril y….¡a sobreciclar el Hudson! Es impresionante
¿Has logrado cruzar el puente? Bien. Si lo que quieres ahora es información detallada sobre cómo encontrar la ruta que recorre el parque natural de los Palisades (que nadie ha transitado desde que murió en un arcén el último gangster de Nueva York) manda “Palisades” al 7234.

lunes, 17 de mayo de 2010

Customer cribbing

(Cliente copiando)
Eso es lo que me escribió el oficial de tráfico en la tarjeta de mi examen de conducir. Le faltó ponerme un sello encima de mi foto del pasaporte: Extradición por Copiona.
¡Mi inmaculado expediente de empollonería manchado en un examen de conducir!
Sí, aprobé el examen (por cierto, nada fácil y con una traducción pésima al español). Pero cometí el terrible error de ir apuntando en una hoja las respuestas que iba acertando y las que iba dudando para tener un control de cuántas podía fallar...y con ello…cavé mi propia fosa. Resulta que, aunque yo no lo leí en ningún lado, eso no estaba permitido, resulta que he vulnerado las leyes de los Estados Unidos de América y resulta que el tío que lo controlaba era un borde, un capullo dentro de un uniforme de policía y uno de esos tíos felices de ser poderosos aplastando a otros. Y todo esto concluyó en que me montó un pollo tremendo, me rellenó mi ficha con su Customer cribbing!  y me obligan a esperar un mes y a hacer una prueba práctica sin un fallo.
Nacho y yo hemos barajado varias propuestas de venganza: ¿Envenenamos a su ganado? ¿Echamos sal a sus campos? ¿Le atamos los cordones de los zapatos?

jueves, 13 de mayo de 2010

Cinco mantecaditos




Este mantecadito se nos quemó
Este mantecadito se nos cayó
Este otro se nos rompió
Y este otro no subió
Pero el último, muy pequeñito, lo salvamos
Y con un mmmm nos lo zampamos


viernes, 7 de mayo de 2010

R.A.G en nuestro jardín


Opo es nuestro amigo. Cuando trasnochamos (esos días de fiesta y despiporre en que nos vamos a la cama incluso después de las 11.00 pm) lo vemos desde la ventana. Opo saluda desde el jardín con un fruncidito de hocico. ¿Os parece una rata gigante? Pues a nosotros también. Una rata torpe de medio metro de largo. Nuestra rata zampa agujeros de donuts de un bocado y se tambalea hacia su escondite cuando nos oye. Pero nuestra rata no es una rata. Es Opo. Nuestro Oposum. Un marsupial. El único marsupial de Norte América. Tiene comportamiento nocturno, la cola tiesa y es donutívoro. ¡Saluda, Opo, saluda, levanta la patita!
  
Las comparaciones son odiosas, pero…¿os acordáis de los R.A.G (Roedores de Aspecto Gigantesco) de la Princesa Prometida? 

lunes, 3 de mayo de 2010

Summer on wheels

Si con un flups explotó la primavera entre las ramas, con un plaaf se ha despanzurrado el verano sobre nuestras bicicletas. Denso, húmedo, caliente. Y lo hemos acogido con sonrisas y bosques entre nuestras ruedas, a veces con abdominales tiesos y plato pequeño, otras con resoplidos y arrastrando bici, otras con melenas al viento y alas en los pies, sudando a ratos, llenos de pájaros y de prismáticos, cargados de bosques y de flores nuevas, de mosquitos y cascadas. 

Por cierto...adivina qué tipo de camiseta llevaba hoy...

miércoles, 28 de abril de 2010

Segunda mano


Sam se despierta en su cama (que en realidad era de otro), se levanta, coge una camiseta de la cómoda (que en realidad era de otro) y se viste. En la cocina huele a tostadas, que Pam está sacando de la tostadora (que en realidad era de otro). Calientan la leche en el microondas (que en realidad era de otro) y preparan sus platos y vasos (que en realidad eran de otro) para el desayuno. El día está oscuro, así que encienden la lámpara (que en realidad era de otro). Tras el desayuno, en su coche (que en realidad era de otro) van de su casa al trabajo y del trabajo a su casa (que en realidad era de otro). Pam y Sam meriendan y se sientan en el sofá (que en realidad era de otro) a leer un rato sus libros (que en realidad eran de otros). -¡Hogar, dulce hogar!- se dice Sam mientras se rasca el ombligo (que en realidad…era el ombligo de Pam).


Con ojos de ciervo


Con ojos nuevos, boca abierta. Con ojos nuevos, mirada bonita, arriba arriba, imponentes, los rascacielos, abajo abajo las hormigas con sus coches y sus risas y sus razas y sus cosas. Con ojos nuevos, soy toda asombro. Con ojos nuevos las luces, las sombras, lo alto por ser alto, lo bajo por ser bajo, lo estridente por estridente, lo clásico por clásico, con ojos nuevos lo verde y el asfalto, las flores y los semáforos. Con ojos nuevos me lo bebo todo sin pestañear, con la carne de gallina y cosquillas en el páncreas. Y riego gota a gota mi alma en cultivo hidropónico. Y soy ciervo de ojos negros relucientes redondos como lunas nuevas y como botones y como escarabajos.
Los ojos nuevos son efímeros, lo sé, y por eso bebo rápido, y los abro más y más y más hasta tragarme el universo de un pestañeo. Por si mañana son ojos acostumbrados. Por si mañana ya no soy ciervo curioso, por si mañana me despierto y soy tortuga, tan de vuelta de todo, tan suya, tan lejos.



viernes, 16 de abril de 2010

Mr and Mrs BeanBean

Un efecto notable de los Estados Unidos sobre Nacho y sobre mí es que nos convierte en Mr. Bean automáticamente. Sí, ese señor tan torpe que lo hace todo al revés y además insiste. Inevitablemente cualquier situación nueva nos transforma en unos seres torpes, lentos y tontos. Creo que ocurre desde que cruzamos la aduana, exactamente en el momento en que un señor impaciente puso su sello en nuestro pasaporte gruñendo algo ininteligible que bien pudo ser Bienvenido a los EEUU, o Por favor, avance que está obstruyendo el paso. Desde entonces cualquier evento estresante en inglés desencadena el terrible proceso.

Voy a Correos a mandar una carta certificada, y no sé cómo se dice certificado, y la señora de la ventanilla se impacienta, y la cola detrás de mi se impacienta, y entonces el efecto Mr. Bean empieza a manifestarse. Ya ni siquiera sé cómo se dice carta, ni enviar, ni nada de nada. La señora me manda coger un sobre del dispensador de sobres, y los hay grandes, pequeños, medianos, duros, blandos, blancos, marrones, urgentes, express, eco-friendly, así que obviamente mi yo-Mr.Bean coge el sobre equivocado después de dos minutos de mirar cada uno de los sobres, sacarlos todos y volverlos a meter del revés en el estante erróneo. Luego viene el momento de rellenar el papel del envío, y tengo que pedir cuatro papeles porque he puesto el nombre donde el apellido, el apellido donde dice No escribir aquí, y porque he rellenado el papel que no va con el sobre que previamente elegí…y entonces todo empieza a desbordarse. Además de perder vocabulario, pierdo destreza mental y manual: se me cae el sobre, al recogerlo tiro el bolígrafo, me tropiezo, tartamudeo, sudo y tras cinco viajes a la ventanilla, una exhausta Mr. Bean y una boquiabierta empeada nos despedimos aliviadas.

Y eso es cuando estoy sola…porque cuando Nacho y yo hacemos cosas nuevas juntos somos Mr. Bean al cuadrado. Mr and Mrs BeanBean. Que se lo pregunten al judío de la ferretería. Cuando nos mira con su sonrisa burlona esperando que pronunciemos lija-broca-taladro-fresadora en inglés…entonces no sabemos ni decir nuestro nombre!(Lo que daría por ver al ferretero comprándole Nocilla a Hermógenes, el tendero de mi pueblo).

martes, 13 de abril de 2010

Ya está aquí y pesa 3 kilos y medio

- Un poco más, empuja fuerte, un último esfuerzo, ¡ánimo, que ya lo tienes! un poquito más, venga, empuja fuerte, ¡fuerte, fuerte! vamos chico, empuja con ganas, ¡empuja chaval! no notas ya el solecito, no notas el olor, el zumbido de las abejas, dale ¡dale! queda muy poco, un poquito más, un poquito más, empuja, ¡empuja! ¡venga, con ganas, un último empujón!
- Ñgrñññññññññggggrrrrrrrr ¡ZAAAAS! 
Y el árbol explotó en flores. Y la primavera impregnó todo. 

domingo, 4 de abril de 2010

Más claro que el agua

Esta ha sido la respuesta a mi pregunta de si podría trabajar en los EEUU mientras mi permiso de trabajo se está tramitando…

You are NOT permitted to begin any type of employment until you receive approval from U.S.C.I.S. By entering into any type of employment prior to authorization you would be in direct violation of your status and you would be deported. Unauthorized employment is the highest violation in the eyes of the Department of State. You would not be permitted for reinstatement and you would most likely have a bar from entering the U.S. for several years.*

Maaadre mía, ¡qué susceptibles!
En el mejor de los casos se cumple la última parte: ¡probablemente me pondrían un bar durante algunos años! (traducción oficial). Bueno, no es el trabajo que yo soñaba pero menos da una piedra…

*la traducción de verdad está en Comentarios

viernes, 2 de abril de 2010

Profesionalmente hablando

A lo largo de mi vida creo que siempre he descubierto antes las cosas que no quiero que las cosas que quiero. Será porque a las almas dispersas nos cuesta tomar un camino con absoluta vocación. Y como no sé quedarme quieta, he ido probando algún que otro camino, a veces con terrific consecuencias (terrific de buenas), otras con sensación de mediocridad, pero al fin y al cabo todos los caminos que he probado son los que me han traído aquí, a este punto exacto en el tiempo y en el espacio, y mira, ¡no se está nada mal!

Un día acabo la tesis, con más alivio que satisfacción, y al poco tiempo me encuentro en un país nuevo, parada en un vestíbulo (preparaos, que empiezan las metáforas), con cien mil puertas delante de mí, todas nuevas. Parada, no paralizada. Así que...¡manos a la obra! Con cuidado me las miro todas. Descarto primero las que seguro seguro que no quiero. Eso es fácil: No quiero ser abogado, no quiero ser informático, no quiero conducir un autobús. Miro la puerta que pone Ecólogo, que, aunque no es la única posible, es la más grande y fácil de abrir. Me asomo y estoy en otro vestíbulo lleno de puertas. He pasado al nivel II. Así que ahora me pongo a descartar las que casi seguro que no quiero: no quiero publicar publicar publicar,  no quiero investigar un tema que no me interesa, no quiero ser técnico en un tema que no me interesa. Ojo…¿no será que quiero hacer algo que me interese? Pues ahora que ya sé esto me pongo a pensar…¿y qué me interesa? Vuelvo a descartar: no me interesa esto, no me interesa lo otro…y antes de acabar de descartar me he topado con una puerta de colores: Landscape Architecture, se llama. Vaya, suena bien. La entreabro. Diseño, parques, plantas, gente…mmm, meto la cabeza. Esto parece aplicado. ¡Eso es! ¡Me gusta lo aplicado! Y parece que tiene que ver con sitios y espacios que la gente usa. ¡Me gusta la gente! Veamos si encuentro algo que ligue la ecología con los espacios donde hay gente, veamos si los parques pueden influir en la gente, si pueden ser un bien social…Y empiezo a leer, a pensar, a visitar a profesores, y sigo descartando: este no trabaja con gente…este no trabaja con ecología…este sólo usa lo verde para hacer bonito…y mientras sigo elaborando la idea de lo que me gusta, encuentro a un tío con barba, que además de tener barba es ecólogo, y que además se dedica a diseñar grandes parques públicos. ¡Esto es lo que yo quiero! Así que abro del todo la puerta (o le envío mi curriculum), y me siento a esperar un ratito. 

jueves, 1 de abril de 2010

Terrible or terrific II (o el estómago hecho un higo)

Terrific: los aritos de cebolla!!
Terrible: demasiados aritos de cebolla...

miércoles, 31 de marzo de 2010

Gotas, gente, gotas

 8.00-11.00 Desde mi torreón soy testigo de un desfile de paraguas de colores transitando los jardines, de camino al trabajo.
14.00-20.00 Desde mi torreón soy testigo de un desfile de paguas de colores transitando los jardines, de vuelta a casa.

Diario de Rapúnsel en un día de lluvia.



viernes, 26 de marzo de 2010

I ♥ NY

(Ya lo dicen las camisetas para turistas)
Me gustan los rascacielos, me gustan los parques llenos de gente, me gusta Chinatown llena de chinos, y Little Italy llena de turistas, me gustan las plazas, me gustan las avenidas, me gustan los que hacen jogging, me gustan las librerías de tres plantas, me gusta la gente rara, me gustan las escaleras de incendios. No me gustan los pretzels. 

jueves, 25 de marzo de 2010

Investigando la nueva población: Estudio étnico preliminar

En Suiza, de cada 3 habitantes uno es una vaca.
En Rutgers, dos son chinos (puede que japoneses) y medio es indio.
En el pueblo de New Brunswick cambia la cosa: uno es latin, otro es afroamerican (aunque haya nacido en Cuenca), y el otro somos Nacho o yo en bicicleta.
En Highland Park (nuestro futuro barrio) uno es una mamá de color rosa y el otro es su bebé en cochecito. El otro también es chino y es nuestra vecina de abajo.

En espera de incrementos en el tamaño muestral.

martes, 23 de marzo de 2010

Un americano me ha lamido el pantalón

Mi pantalón se acaba de encontrar (y fusionar) con un chicle pegado en la parte de debajo de la mesa de la biblioteca. Me lo he despegado y he pensado que era como tener las babas de un americano entre mi dedo índice y el pulgar. Lo cual me ha dado bastante asco pero me ha hecho sentirme integrada e igual a todos aquellos a los que se les pegan chicles americanos en el pantalón, sin distinción de raza, sexo, nacionalidad, religión o estatus social (como les gusta a ellos decir para hacerte notar sutilmente que eres different). De cualquier forma, hoy me siento orgullosa de ser merecedora de un auténtico chicle americano en mi pantalón. Casi casi ya puedo decir aquello de…¡Soy ciudadana americana!: ¿No veis el chicle pegado a mi pantalón?

...

También es posible que fuera de un chino.


domingo, 21 de marzo de 2010

El camino a River road

Puede que no sepamos cómo se contesta el teléfono (Hello?), puede que no conozcamos los horarios de los buses, ni cómo funciona la tarjeta de débito en el supermercado. Puede que no encontremos la cafetería ni entendamos la lavandería, puede que no sepamos cómo conectarnos a Internet en casa y tengamos problemas con la calefacción. Puede que no tengamos seis maneras diferentes de identificarnos, y que no seamos nadie sin un Social Security number. Puede que no sepamos dónde bajar la basura, ni encontremos un supermercado a menos de una hora de casa. Puede que nos cueste identificar las monedas y que cuando en la tele hablan muy rápido no entendamos a word. Y sin embargo…conocemos un camino. No en plan metafórico, de caminos metafóricos seguramente tampoco tenemos ni idea, pero conocemos un camino de verdad. El que baja desde el Estadio hasta River road. Es un camino escondido, remoto, olvidado. Difícil de encontrar si no es por casualidad. Pero nosotros lo encontramos. Nosotros sabemos dónde está y lo bajamos en bici con sonrisa de secreto. No conocemos casi nada, pero sí el camino a River road. Así que es nuestro camino.

martes, 16 de marzo de 2010

Terrible or Terrific?

Ojito, que si you look terrible es que tienes unas ojeras espantosas, pero si you look terrific es que hoy estás estupendíiisima.

Y como en este país lo terrible y lo terrific se codean a cada paso, hoy abrimos el concurso… Terrible or terrific?, con lo mejor y lo peor, lo chachi y lo chungo. ¿Qué por qué lo abrimos hoy? Pues porque llevo todo el día visitando pisos, llamando por teléfono a propietarios desagradables, y porque a veces todo parece complicado, y es entonces cuando encontrarse con el Bagle con crema de queso y jamón (de York, faltaba más) que Nacho ha preparado reconforta y me hace sentir a salvo. Porque acompañando a todo terrible, seguro que hay un terrific… ¡Allá vamos!:

Terrible: la compañía de móviles me cobra por minutos cada llamada recibida!!

Terrific: los galones de leche, mmm (esto sí que es un terrific como una casa, cuando abro la nevera me siento como Alicia en Milkiland…)

Alicia en Milkiland...

y el gato de Bagelshire


"Estoy segura de que, si como o bebo algo, ocurrirá algo interesante -se dijo Alicia-. Y voy a ver qué pasa con esta botella..." (Alicia en el país de las Maravillas, Lewis Carrol)

lunes, 15 de marzo de 2010

Juan Martín El Empecinado (Benito Pérez Galdós)

...”Al estallar la guerra, Juan Martín se había echado al campo con dos hombres, como Don Quijote con Sancho Panza, y empezando por detener correos acabó por destruir ejércitos (…).
La travesura de los grandes guerrilleros puede compararse al vigilante acecho nocturno de los pájaros de la última escala carnívora, los cuales desde los tejados, desde las cuevas, desde los picachos, torreones, ruinas y bosques atisban la víctima descuidada y tranquila para caer sobre ella.
En las guerrillas no hay verdaderas batallas; es decir, no hay ese duelo previsto y deliberado entre ejércitos que se buscan, se encuentran, eligen terreno y se baten. Las guerrillas son la sorpresa, y para que haya choque es preciso que una de las dos partes ignore la proximidad de la otra. La primera calidad del guerrillero, aun antes que el valor, es la buena andadura, porque casi siempre se vence corriendo. Los guerrilleros no se retiran, huyen y el huir no es vergonzoso en ellos. La base de su estrategia es el arte de reunirse y dispersarse. Se condensan para caer como la lluvia, y se desparraman para escapar a la persecución; de modo que los esfuerzos del ejército que se propone exterminarlos son inútiles, porque no se puede luchar con las nubes. Su principal arma no es el trabuco ni el fusil, es el terreno; sí, el terreno, porque según la facilidad y la ciencia prodigiosa con que los guerrilleros se mueven en él, parece que se modifica a cada paso prestándose a sus maniobras.
Figuraos que el suelo se arma para defenderse de la invasión, que los cerros, los arroyos, las peñas, los desfiladeros, las grutas son máquinas mortíferas que salen al encuentro de las tropas regladas, y suben, bajan, ruedan, caen, aplastan, ahogan, separan y destrozan. Esas montañas que se dejaron allá y ahora aparecen aquí, estos barrancos que multiplican sus vueltas, esas cimas inaccesibles que despiden balas, esos mil riachuelos, cuya orilla derecha se ha dominado y luego se tuerce presentando por la izquierda innumerable gente, esas alturas, en cuyo costado se destrozó a los guerrilleros y que luego ofrecen otro costado donde los guerrilleros destrozan al ejército en marcha: eso y nada más que eso es la lucha de partidas; es decir, el país en armas, el territorio, la geografía misma batiéndose.”…

viernes, 12 de marzo de 2010

God bless the buttons

Los botones perdidos son criaturas extrañas. También los paraguas, los sombreros y los cantos rodados. Pero entre todos ellos, los botones son mis preferidos. Yo siento fascinación por los botones. Hoy abrochan una camisa y mañana son un disco de color liberado en el espacio azul, ¡cuánto potencial! Los botones cuando dejan de servir como botones me cautivan. No hay ser que sufra con mayor elegancia una transmutación tan tremenda. De funcionario aburrido a melenudo cara al viento. De ejecutivo metódico a cáscara de nuez a la deriva. De comercial monótono a puercoespín engalanado. ¡Viva lo errático! ¡Viva lo inútil! ¡Vivan los pelos al viento! ¡Liberad vuestros botones!

Vigilante George


George, Gente; Gente, George. Hechas las presentaciones, os dejo que os dejéis mirar por nuestro Big Brother personal, el gran Orwell, que ha vivido estos años en la puerta de nuestro armario de Barcelona, vigilando atento todos nuestros movimientos. Y ahora que no hay puerta, que no hay armario, que no hay Barcelona, pues mira, lo cuelgo aquí para que nos siga mirando…nos habrá visto hoy a Nacho y a mí comiendo noodles en un banco rodeados de american robins y woodpeckers? Se habrá dado cuenta de lo que la he liado al volver de dejar el coche de alquiler? La niña que en Barcelona se metía en la ronda litoral con la bici, ha tenido que improvisar nuevas aventuras en Nueva Jersey…por ejemplo… hacer autostop at night sin saber a dónde tenía que ir… suerte que hoy los americanos están hechos de sonrisas y que nacho esperando en casa tiene una calma zen. ¡Lindo primer día!

viernes, 5 de marzo de 2010

Una bellota y un botón

Hoy soy toda cajas. Cajas llenas de mantas calentitas que me abrigaron ayer: cartas, amigos, recuerdos, lloros, risas, un collar roto, la receta de un pastel, una bellota y un botón. Nacho, sensato, dice que tire las cosas inútiles, pero a escondidas me quedo con mi bellota y mi botón (y con todo lo demás). Es inútil sí, y sólo los miro de mudanza en mudanza pero...¿te acuerdas cuando bellota? ¡qué risas cuando botón! Espero sentar cabeza un día de estos, antes de llegar a ser una viejita con la casa hasta los topes de basurilla. Ese día, el día de mi sentada de cabeza, meteré todas mis cosas inútiles en una bolsa grande grande. Luego meteré un pie dentro de la bolsa, meteré el otro, y cerraré con mucho cuidado para no poder escaparme. Rodaré hasta el contenedor gris y me aposentaré a esperar: Irreciclable, pondrá un cartel en mi coronilla.

Ahí mismo

Mi abuela nos lo ha contado mil veces: cómo Teodorina le explicaba a la recepcionista de un hotel en Nueva York, altito y claro (claro en español), que quería llamar por teléfono a su hijo:
- Si está ahí mismo, en N U E V A J E R S E Y.
Pues bien, 10 de marzo de 2010, y allá nos vamos: ahí mismo, a Nueva Jersey.