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miércoles, 28 de abril de 2010

Segunda mano


Sam se despierta en su cama (que en realidad era de otro), se levanta, coge una camiseta de la cómoda (que en realidad era de otro) y se viste. En la cocina huele a tostadas, que Pam está sacando de la tostadora (que en realidad era de otro). Calientan la leche en el microondas (que en realidad era de otro) y preparan sus platos y vasos (que en realidad eran de otro) para el desayuno. El día está oscuro, así que encienden la lámpara (que en realidad era de otro). Tras el desayuno, en su coche (que en realidad era de otro) van de su casa al trabajo y del trabajo a su casa (que en realidad era de otro). Pam y Sam meriendan y se sientan en el sofá (que en realidad era de otro) a leer un rato sus libros (que en realidad eran de otros). -¡Hogar, dulce hogar!- se dice Sam mientras se rasca el ombligo (que en realidad…era el ombligo de Pam).


1 comentario:

conchita dijo...

Digo yo que este cuento ira haciendose cada ves mas largo, en el trascurso de dos años, a golpe de compra por internet y rastrillo dominical. En realidad el otro perdió sus derechos el dia que decidió ceder las pertenencias que tan fielmente y sin protestas le habian servido durante algun tiempo.
No perdamos nosotros el ombligo.