Hablar con un bebé tiene sus particularidades. Los primeros
días usas un tono de voz discreto y frases lógicas o al menos coherentes
sintácticamente. Al cabo de un tiempo te encuentras a ti mismo con una voz al
estilo Canarito-Cuando-Ve-Un-Lindo-Gatito y articulando sonidos inconexos como
Luu, fuuu, baa, taaaaa, putucá, patú, matacatáaaa. Cuanto más tiempo pasa, más
elaboradas las combinaciones: Muturrucutupurrucáaa, Patuquitirripirripóo. Claro, es sólo cuestión de combinaciones y probabilidades que
acabes juntando las sílabas inapropiadas y llamando a tu bebé TitaPutáaaa o
Cacorrotáaaa sin habértelo propuesto. Yo no me desanimo, sin embargo. Sigo
probando y probando a ver si un día, mientras estoy bañando a Pollo, me sale El
Quijote. Que todo es echarle el tiempo suficiente. Creo que estoy a punto. Ayer
me salió EnUnUnuaaadeMumuancha.
4 comentarios:
pichu-nacho-chachi-chimpum!
y de aqui a pierre menard, autor del quijote.
ahora ya empiezas a hablar palmelfico!!!
a este paso pollo será políglota pero su lengua más arraigá será el palmélfico, sin duda...
espero que desarrolle otros dotes de comunicación entonces =D
Publicar un comentario