El día se levanta precioso. La nieve se ha derretido y mi bici sale por fin de su letargo invernal. Estrenamos timbre y alegrías nuevas. Riiin. Recibo la carta de un amigo y sonrío. Me quito el abrigo y entorno los ojos al sol.
Luego me cruzo con un barbudo sin casa. Arrastra los pies y cabizbajo evita mi mirada. Y yo miro mi timbre rosa, riiin, y una ola de vergüenza me colorea los mofletes.
2 comentarios:
el problema es que si tu timbre fuera negro y hiziere roong, no arreglariamos nada... asi que mejor rosa, no?
mejor rosa sí, pero mejor si además dejo de mirarme el ombligo!¿cuándo pincharé mi burbuja?
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