Cuando Mercurio decidió participar en la San Silvestre
Salmantina, los demás inscritos protestaron. Competir con alguien que lleva
alas en los talones no es muy alentador, que digamos. Mercurio entrenaba en la
Aldehuela, más por presunción que por necesidad de prepararse, dejando atrás a
atletas y velocistas. Unos días más tarde apareció, en las listas de inscritos,
Flash, el superhéroe, que ni siquiera se tomó la molestia de entrenar. Y, a tan
sólo un día del cierre de inscripciones, el nombre del Correcaminos, seguido,
cómo no, del sempiterno Coyote, acabó de intimidar al resto de participantes.
El día de la carrera, reporteros de todo el mundo acudieron para retransmitir
el espectáculo. ¿Cuál de ellos se alzaría con la victoria? El día amaneció
frío. Muy frío. Una niebla helada invadía las calles. Y por eso ganó Manuel
González, frutero de la plaza de la Fuente: el único que llevaba gorro.
2 comentarios:
No corria Amundsen ese año?
Justo ese año... no. Se había ido de vacaciones con Scott. Para romper el hielo, ya sabes.
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